Mark Dvoretsky llegó a ser reconocido como el mejor entrenador de ajedrez del mundo y dejó como legado una obra vasta para la formación de “futuros campeones”. A principios de los noventas sus libros Secrets of chess training y Secrets of opening preparation fueron traducidos al español y publicados por ediciones Eseuve bajo el título de Entrenamiento de élite, presentados en dos volúmenes. El contenido de esos dos libros se basa en las sesiones de entrenamiento que realizaban con sus alumnos en la escuela de ajedrez que abrió junto con su amigo y ex alumno Artur Yusupov.
¿Cuándo cayeron en mis manos esos dos ejemplares? No puedo
decirlo a ciencia cierta. Desafortunadamente no guardo un registro de cómo fue
mi preparación ajedrecística y una gran parte de esa experiencia no puedo
precisarla, el entrenamiento que realizaba junto con mi maestro José Luis Vargas
Moreno, era extremadamente empírico, funcional y práctico, pero no seguíamos ninguna
planificación ni mucho menos realizábamos un seguimiento. Él tomaba los mejor
de las diversas escuelas extranjeras que conocía y luego lo adaptaba a nuestro
ámbito local.
Lo que me lleva a la primera motivación de esta nota: Es muy importante para el entrenador y para el atleta, registrar en una bitácora las actividades, temas, partidas, ejercicios y todas las experiencias realizadas en este proceso con la finalidad de poder revisar y evaluar el trabajo de entrenamiento, además de saber, en todo momento, en que parte del plan general se encuentran.
El primer diagrama en la versión en español es el de la imagen de arriba, con el cual Dvoretsky explica lo importante que es tener conocimiento
teórico y cómo incluso maestros destacados cometen errores por su ignorancia, lo que daría pie a su concepto "tragicomedia en ajedrez". Curiosamente
una posición muy similar se me presentó varios años después, conduciendo la
defensa, en la primera ronda de un torneo en Mazatlán frente a un fuerte
jugador sinaloense y la partida terminó en tablas ante la mirada escéptica del
público.
En el primer capítulo, Fuerzas y debilidades del ajedrecista
y su influjo en el transcurso del combate, el autor recomienda hacer un análisis
FODA -sí, aunque usted no lo crea- a partir de la revisión de las partidas de un
jugador y expone un ejemplo que realizó con la jugadora Nana Alexandria, dos
veces retadora al campeonato mundial femenino. Recuerdo haber hecho un análisis
personal siguiendo sus recomendaciones y que quedó guardado en algún cuaderno,
en alguna caja, pero no recuerdo haberle dado seguimiento alguno. Después lo hice
con varios de mis primeros alumnos y basaba el trabajo de entrenamiento en el
resultado de esos análisis. Cuando trabajé como entrenador para los institutos
del deporte de Nuevo León y de Aguascalientes dejé una caja de archivo con los
expedientes de cada uno de los chicos.
Segunda motivación: Todo entrenador debe realizar un análisis
de las fuerzas y debilidades de cada uno de sus atletas y conducir su
entrenamiento de una manera personalizada.
El resto del libro trata del análisis de las partidas propias,
de las de otros maestros y de los clásicos, recomendando poner especial atención en la
veracidad de los comentarios; la razón del origen de los errores, su
reconocimiento y corrección; el cálculo preciso de las variantes y su
comprobación; mirar las intenciones del oponente; la búsqueda de nuevas ideas;
la valoración de la posición y la elección del plan de juego; seguir el consejo
de los grandes ajedrecistas, y; entrenar, sistemáticamente mediante la
resolución de ejercicios de diversa índole.
El segundo libro está dedicado a la preparación de las
aperturas y siguiendo algunas de sus enseñanzas comencé a jugar la defensa
Francesa -la mejor defensa del planeta- y el ataque Indio de rey.
Formalmente comencé a estudiar y a entrenar ajedrez a los dieciséis años, a principios del 1994, en el taller de ajedrez de la Biblioteca de México y en el club de ajedrez “La Cabaña”. En dos años, de la mano de José Luis y con la influencia de Dvoretsky pasé de jugar en la cuarta categoría a la primera fuerza y a ganarle por primera vez a un maestro internacional.
Hoy estudio nuevamente las lecciones de la “Escuela de futuros campeones” con la esperanza de alcanzar la meta de la gran maestría ajedrecística y compartir más experiencias con las personas que también viven el sueño.
“La habilidad de analizar su pensamiento, desarrollar métodos
racionales de planificación, determinar qué hay detrás de los errores cometidos
y, por contraste, identificar sus logros creativos -está claro que no es
menos importante que sólo la maestría en las sutilezas ajedrecísticas.”
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