Alekhine vs Capablanca con el árbitro Dr. Carlos A. Querencio
Arbitraje
Hay muy pocos árbitros internacionales para un país de más de cien millones de habitantes y, para acabarla de amolar, un gran porcentaje de ellos siempre es banqueado de acuerdo a la dirigencia nacional en turno de la FENAMAC. No hay ningún esquema de promoción para la titulación de nuevos árbitros, mientras que el panorama para los interesados es desalentador dadas las prácticas desiguales en la asignación de trabajo y oportunidades. De tal modo que sólo un grupo de árbitros consigue algunos beneficios en cada período.
La administración necesaria para el arbitraje es muy similar a la de los entrenadores. Para un club un solo árbitro puede ser suficiente, mientras que para una asociación estatal es indispensable un árbitro internacional, de lo contrario es prácticamente imposible realizar torneos válidos para Elo pues sólo aquellos que tienen un título expedido por la FIDE pueden conducir y reportar estos torneos. Todos los demás (estatales, oficiales y nacionales) son inexistentes para la FIDE y no son más que parte de un esquema ficticio de desarrollo profesional normado por la FENAMAC. Yendo más allá, diría que cada ciudad importante o grande debería tener, por lo menos, su propio árbitro internacional, dadas las características geográficas de nuestro país.
A diferencia del entrenamiento deportivo, que podemos considerar como una actividad abierta, el arbitraje es una actividad cerrada y no hace falta más que mantenerse actualizado de las disposiciones reglamentarias que dicta la FIDE una vez que se ha alcanzado el nivel de competencia más alto. Por lo cual, no hace falta crear un sistema de capacitación constante, y sólo es necesaria una guía para la formación básica. Lo que sí resulta de vital importancia es un foro de discusión nacional para exponer las situaciones, los conflictos y soluciones que se presentan en el quehacer ajedrecístico de cada torneo, este foro debe ser moderado por un árbitro internacional de reconocido prestigio y perteneciente al grupo de trabajo de la FENAMAC, pues de este foro deben salir las interpretaciones oficiales a las situaciones expuestas en las Leyes del Ajedrez que en su gran mayoría apelan al “buen” criterio del árbitro.
Una forma de incentivar la formación de árbitros competentes es mediante la creación de un tabulador de pagos que ayude a los interesados a visualizar los rendimientos que le dará la inversión en su formación profesional. Por ejemplo: Árbitro Internacional Categoría A $2,000 pesos por día; Árbitro Internacional Categoría B $1,500 pesos por día; Árbitro Internacional o Árbitro FIDE Categoría C $1,250 pesos por día y Árbitro Internacional o Árbitro FIDE Categoría D $1,000 pesos por día; Árbitro Auxiliar $500 pesos por día. Además es necesario un sistema de rotación laboral o escalafón que les garantice actividad a todos los árbitros titulados. Si solo consideramos los 33 torneos que comentamos del deporte amateur por 35 asociación estatales serían 1155 torneos al año en el país. Si existieran 100 árbitros, tendrían actividad por lo menos una vez al mes sin contar las actividades de los clubes, del deporte profesional y escolar ni de la asociación nacional. En México hay 17 árbitros reconocidos por la FIDE.
Hasta el próximo Martes.
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